La frase es una de las más reveladoras que se han escuchado sobre el momento más oscuro de Nicolás Jarry: “El dopaje fue lo mejor que le pasó en la vida”.
El tenista número uno de Chile siempre fue muy mesurado y cauteloso al referirse a su suspensión de once meses por un dopaje positivo que se demostraría involuntario en 2020. En varias de sus últimas entrevistas y ruedas de prensa dejó claro que se trataba de un tema del pasado que ya no valía la pena mencionar. Pero para entender al Nicolás Jarry que es el 21º del mundo, que recientemente jugó los cuartos de final del Miami Open y que en febrero derrotó a Carlos Alcaraz en Buenos Aires, hay que conocer a este tenista que casi desaparece del ranking y que fue vetado de los torneos profesionales.
Habla la persona que mejor conoce a Jarry. Laura Urruticoechea, su esposa y madre de sus dos hijos Juanito y Santiago.
“Nico tuvo tiempo de ver qué quiere para su vida, qué hombre quiere ser. Para alguien que pasa todas las semanas viajando, que se dedica al tenis desde los 13 años, fue un buen descanso. Nunca había podido estar con su familia, con sus amigos, se tomaba un tiempo para descansar”, dijo Urruticoechea en “Mi mamá tiene un podcast”.
El gran regalo de Jarry existe porque en algún momento se encontró en medio de una gran tormenta. Allí el chileno buscó ayuda, trabajó en su mente e hizo un “reset”.
La mente de Nicolás Jarry
En una entrevista con CLAY, Jarry explicó que todo en su vida ha cambiado. “Tengo nuevas prioridades: vivir el presente, disfrutar de los lazos familiares y de amigos, pasar tiempo con los que me quieren, tener una vida sana y estar constantemente aprendiendo de los errores y dando lo mejor de mí”, dijo durante Roland Garros 2023, torneo en el que alcanzó los octavos de final, su techo en los Grand Slams.
“Tuve que abrirme, tuve que aprender sobre mí mismo, pasar por caminos difíciles y conocerme a mí mismo. Eso es lo que me convirtió en el jugador fuerte que soy hoy. Soy muy emocional y sensible, pero también cerebral. Trato de ayudar a todas mis emociones con mi lado racional”, confesó.
Había explicado meses antes en Australia que desde que empezó todo “de cero” es más feliz dentro y fuera de la cancha. También se alejó de las redes sociales porque ya no las soportaba más. Dejó sus cuentas en manos de expertos porque entiende lo que significan para los patrocinadores: “al final es mi imagen y soy consciente de lo que quiero transmitir”.
Una revolución en su forma de ver sus relaciones interpersonales, su carrera y sus planes de futuro. Una perspectiva renovada de la vida misma.
Pañales y biberones de gira
Los Jarry-Urrutia están marcando el inicio de una tendencia en el circuito. Son la única familia que viaja a tiempo completo con sus hijos.
La edad media de los tenistas del circuito aumenta constantemente debido a las mejoras en la medicina deportiva y a todo lo que los jugadores invierten en el cuidado de su cuerpo. Si a principios de la década de 2000, entrar en los 30 significaba para los jugadores que se acercaban a la edad de jubilación, hoy en día se considera una etapa de madurez temprana.
Así, el recorrido se va llenando poco a poco de carritos, biberones y pañales. Juanito Jarry ya es una estrella en los pasillos de los torneos, ha tenido interacciones con figuras como Alcaraz y Ons Jabeur, y notorias apariciones en grandes estadios de tenis.
“Lo quieren mucho, es muy lindo. Siempre lo tenemos merodeando por todas partes. Es muy cariñoso, saluda a todo el mundo. Lo dejamos explorar, por lo que varios tenistas se encuentran con él todo el tiempo. Ya se está dando a conocer”, dijo Jarry a CLAY.

Jarry y su familia conocieron a Roger Federer en Shanghái durante el torneo Masters 1000 en 2023.
Tal como lo hizo su abuelo Jaime Fillol con su esposa Mindy Haggstrom, viajando con la pequeña Cecilia (la madre de Nicolás) en los años 70. De esa época, el propio Fillol destaca una anécdota notable.
“En Roland Garros, Mindy no sabía dónde cambiarle los pañales a nuestra hija Cecilia, no había lugar para que ella amamantara tranquilamente. No podía entrar en el vestuario femenino porque no era jugadora. Así que habló con Phillippe Chatrier, que era el presidente de la Federación Francesa de Tenis en ese momento. ‘¿Cómo cuido a mi bebé?’, dijo. Chatrier le dio acceso inmediato al vestuario y se comprometió a mejorar la infraestructura al año siguiente”, dijo Fillol en la presentación de su biografía durante el Chile Open.
Haggstrom, quien falleció en 2021, dejó ese legado en la gira. Hoy Jarry y Urruticoechea disfrutan de todas las comodidades necesarias en torneos como guarderías y salas de lactancia.
A Jarry siempre le ha costado convivir con la soledad del tenis profesional, por lo que su estilo de vida con su familia tiene un impacto directo en sus resultados. ¿Más comodidad? En 2024 hicieron una valiosa incorporación al equipo: contrataron a una niñera que viaja a los torneos. Los niños dormirán con ella en una habitación separada. El objetivo es cuidar al máximo el sueño del padre.

Del archivo de la gira: Durante la década de 1970, a la izquierda, Jaime Fillol, Mindy Haggstrom y la pequeña Cecilia. Los abuelos y la madre de Nicolás Jarry.
La arquitectura Juan Ozón
En la metamorfosis de Jarry y su éxito actual como tenista, hay un arquitecto. Juan Ozón fue su entrenador durante tres años, y uno de los principales responsables de su tenis y recuperación mental.
El propio técnico español explicó qué tipo de persona y jugador se encontró a mediados de 2021. “El Nico que encontré era un Nico que había sufrido. Mentalmente estaba dolido por todo lo que había pasado. Había perdido un poco el foco, y sobre todo la estructura mental adecuada para generar esta buena relación con el tenis. Entendiendo de dónde venía empezamos a aceptar lo que había pasado y a construir una nueva estructura mental para seguir adelante a partir de ahí”, contó a “Tenis en Sintonía”.
Bajo las órdenes de Ozon, Jarry ganó dos títulos ATP (Santiago y Ginebra 2023) y alcanzó su mejor ranking (18º), a finales de 2023. “Vi sus ganas de volver a jugar y ser una mejor versión”, dijo el catalán.
Sorprendentemente, esa relación terminó durante la temporada baja. El entrenador presentó un proyecto deportivo que exigía ciertas condiciones para continuar. En principio, estaban de acuerdo con todo, pero cerca de la fecha para ponerse a trabajar, surgieron algunas diferencias. “Lo que Nico estaba proponiendo no tenía sentido para mí, así que decidimos terminar nuestra colaboración de manera amistosa”, dijo Ozón al podcast de VTC.
Nicolás Jarry y Juan Ozón. El técnico español fue clave en la recuperación de Jarry tras la sanción // CHILE OPEN
Jarry eligió al extenista Juan Ignacio Chela para continuar con el trabajo en un año donde los retos deben estar puestos en los grandes torneos, única forma de acercarse al top 10. En la última edición de Roland Garros, Jarry jugó la segunda semana de un torneo de Grand Slam por única vez en sus 28 años. No ha sido un gran protagonista en este tipo de eventos, ha perdido partidos sorpresa y no ha logrado detener a ninguno de los mejores jugadores.
Según contó el propio Jarry a CLAY en Londres, de nuevo el gran protagonista debe ser la mente. “Me faltó un mejor enfoque en los Grand Slams, que son puramente mentales. Son tan largos que el torneo exige ser muy fuerte dentro de tu cabeza. Hay que aguantar los momentos de tensión. He podido trabajar en eso muy bien en los últimos años y por eso he logrado cambios radicales”, explicó en Wimbledon. En ese torneo perdió en tercera ronda ante el eventual campeón: batalló durante cuatro sets contra Alcaraz.
Con el objetivo de rendir bien en tierra batida por delante, clave en un año en el que puede dar un salto importante, hay otra frase que dijo su mujer, que refleja su profunda relación con el tenis: “Aunque a Nico le hubieran dado una sanción de cinco años, habría vuelto a jugar”.
Por: Sebastián Varela
Fuente: Claytenis.com