En la actualidad, a quien es exigente se lo califica de inmediato como latero o pesado.
No obstante, estoy convencido que para ser un buen profesor de tenis, se debe ser exigente.
En el tenis, no da lo mismo un paso más o uno menos; una tomada u otra; el punto de impacto más a delante o atrás; un paso más largo o más corto; pegar con el peso del cuerpo hacia adelante o atrás, o golpes con una terminación larga o breve, por citar solo algunos aspectos, entre muchos otros, que inciden de forma directa en la calidad de los tiros.
Los buenos golpes constan de una infinidad de detalles, con los que se debe ser muy riguroso para que los resultados sean positivos, y no se produzcan lesiones.
Un entrenador tiene que ser exigente, aunque en distintos grados de acuerdo al nivel, edad y objetivos de sus alumnos.
Lo que no cambia es que siempre debe ser acucioso y prestar especial atención a los detalles, donde se esconden las claves del buen tenis.
Entonces, si tu profesor es exigente contigo, considérate afortunado.
Si te exige es porque le importas, desea que explotes todo tu potencial y alcances tu mejor versión como jugador.
Probablemente te vas a sentir incómodo ante esa exigencia, ya que te saca de tu zona de confort. Pero aún no se inventa nada mejor para progresar.
Por último, ten en cuenta que para tu entrenador sería mucho más fácil exigirte poco, que hagas todo cómo te gusta y no hacerse problemas.
Sin embargo, el profesor de tenis que te exige cumple con su deber, optando por el camino más difícil para él, porque sabe que es el mejor para ti.
Así que en vez de encontrarlo latero o pesado, agradécele.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
