En el boxeo, hay golpes que dejan disminuido al oponente, que no son tan espectaculares pero sí muy efectivos, y existen golpes que derriban al rival, que son aplaudidos por todos.
En el tenis, los golpes profundos y pesados son los que disminuyen la resistencia del oponente durante el punto, pero no son tan vistosos como otros con mayor potencia.
El tema es el siguiente: conozco a muchos a quienes les gusta jugar contra buenos golpeadores, porque se apoyan en su tiro para ejecutar el suyo.
Sin embargo, no conozco a casi nadie a quien le guste que le jueguen profundo.
Ahora bien, volviendo a la comparación del principio del texto, los tiros ganadores en el tenis son los equivalentes a los que derriban al rival en el boxeo, y son muy celebrados.
Pero para mí son más importantes los tiros profundos y pesados, pues una cosa es consecuencia de la otra: en general, para poder pegar un winner, antes se debe jugar profundo y pesado, para que el adversario juegue corto, y así golpear un tiro ganador.
“Lo esencial es invisible a los ojos”, dice una frase sabia y muy conocida, absolutamente válida para lo descrito y para lo que viene ahora en esta columna.
Y es que existen distintos tipos de preparaciones o armados para los golpes, y todos pueden ser correctos.
Lo importante no es la estética del gesto técnico, o lo bonito que se ve, ya que eso pasa por el gusto personal de cada uno.
Lo relevante es que ese gesto técnico, sin importar lo estético, se realice con un timming adecuado para no romper la cadena cinética (sucesión de articulaciones por las que sube la energía, generada a partir de buenos apoyos), lo que le permitirá al jugador conseguir un golpe limpio, sin esfuerzo y con un adecuado punto de impacto, pudiendo imprimirle a la pelota, la velocidad, dirección, peso y efecto deseados, las veces que sea necesario, sin provocar molestias físicas, tal como lo sostiene la destacada experta en biomecánica Daria Kopsic.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
