Ya van tres personas que me plantean que en el tenis la técnica no hay para qué enseñarla, porque los niños la adquieren jugando.
Estoy en desacuerdo con esa afirmación, pero entiendo que es coherente con la realidad actual.
El tenis no es un deporte intuitivo, por lo que por lo general las cosas no se hacen como el alumno cree que se realizan. Diversos estudios concluyen, que la técnica de esta disciplina es una de las más difíciles de aprender.
Entonces, para adquirir una técnica correcta hace falta rigor, porque un golpe bien ejecutado no se hace de cualquier manera, ni sale por casualidad.
Un golpe bien ejecutado, se rige por parámetros intransables.
Y hoy, en este mundo flexible, se les teme a estas dos palabras: rigor e intransable.
En consecuencia, es más fácil dejar que los niños adquieran la técnica como puedan, jugando, mientras se divierten y así el profesor no se hace problemas.
Porque en la actualidad si los niños no se divierten, aunque sea por cinco minutos, el profesor es un latero y no sirve.
También he conversado con personas que me recalcan que la alegría y el relajo siempre deben imperar en la cancha, pues el tenis es un juego.
Esta vez concuerdo en parte con esa aseveración, porque creo que todo tiene su momento: pienso que la alegría y la seriedad pueden convivir en la cancha, si cada una ocupa el lugar que le corresponde.
Rafael Nadal cuenta que, cuando lo entrenaba de niño y adolescente, su tío Toni le impuso estrictas reglas de comportamiento.
No le aguantaba cualquier cosa, ni reinaba el relajo en la cancha, lo que sí permiten hoy algunos entrenadores, que enseñan poco y se ríen mucho en las prácticas.
La calidad exige rigor, y el rigor exige seriedad.
Si se quiere formar a un jugador de calidad, hay cosas que no se pueden enseñar en medio de risas porque, para aprender, el tenis demanda concentración.
No se trata de permanecer serio todo el entrenamiento, sino que cuando corresponde.
Algunos aseguran que hoy, no se puede exigir lo que el tío Tony le imponía a Nadal.
Si cada año el tenis fuera más fácil, yo estaría de acuerdo.
Pero ser un jugador de calidad, es cada vez más difícil.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
