Chile es un país en el que se juega tenis, desde siempre, sobre arcilla.
Entonces, deberíamos contar con buenas canchas de polvo de ladrillo.
Sin embargo, cuesta encontrar canchas de arcilla en óptimo estado.
En algunas canchas los flejes están levantados, lo que las torna peligrosas al resbalar.
En otras, la arcilla se encuentra sin compactación, lo que las vuelve blandas y los malos piques abundan.
También hay canchas con poco polvo, por lo que se transforman casi en pistas de superficie rápida.
En ciertas canchas se puede apreciar una pendiente, que comienza en la red producto de la acumulación de arcilla en esa zona.
A eso hay que sumarle los problemas de drenaje que hacen que, cuando llueve, las canchas queden inutilizables.
Otras veces el problema no es la cancha, sino el entorno.
La reja perimetral está rota y la red tiene hoyos, algo que deprime a cualquiera.
O no existe una banca, o sillas, donde dejar los bolsos. Y si las hay, en ocasiones quien regó la cancha las empapó, por lo que no pueden usarse.
Para qué hablar de la altura de la red: nadie se preocupa de revisarla, salvo los jugadores.
Como puede verse, en general las canchas exhiben defectos para todos los gustos.
Desde los cinco años que estoy en una cancha de tenis, y nunca he conocido a un canchero con una metodología igual que la de otro colega.
He conversado con muchos, y cada uno tiene sus secretos y recetas.
Al hablar con ellos, se advierte que no existe consenso respecto a cuándo se debe pasar el escobillón en vez de la malla; cuándo usar la tabla y el rodillo, o cómo se debe picar y construir una cancha.
Antes el oficio de canchero se traspasaba de una generación a otra, por lo que ese saber perduraba en el tiempo, lo que se está perdiendo.
Hoy veo cancheros jóvenes que riegan hacia abajo, con lo que el polvo de ladrillo se vuela.
Cada persona que arrienda una cancha, o es socia de un club, tiene derecho a jugar en una pista en buen estado.
Y otra cosa: entrenar en canchas en condiciones satisfactorias resulta fundamental, para el adecuado desarrollo de los tenistas menores.
Pero eso no se toma en cuenta.