No puedo revelarles la fórmula para ser un tenista exitoso, ya que no la tengo.
Tampoco la conocí como jugador, pues de lo contrario habría cumplido mis sueños, y no hubiera obtenido los discretos resultados que marcaron mi carrera mientras competí.
Repasando mi etapa como jugador, me doy cuenta que hay muchas cosas que hice mal, que incidieron en que no alcanzara las metas que me había trazado.
Entonces, lo que sí sé, es lo que no se debe realizar si se quiere ser un tenista que destaque en los torneos.
Como les decía, no conozco la fórmula del éxito. Pero sí la del fracaso.
Se las comparto.
Nunca calentaba con la dedicación debida antes de los partidos, ni entrenamientos.
No le daba importancia a esa parte, porque era joven y eso me aburría.
No elongaba a consciencia una vez finalizada la preparación física. Lo hacía conversando, distraído, sin respirar bien, esperando que esa parte se acabara lo más pronto posible.
No me alimentaba correctamente, ni estaba en mi peso ideal todo el tiempo. Me sobraban uno o dos kilos, pero para aspirar a la victoria eso es demasiado.
No tuve las tomadas correctas en todos los golpes desde un principio. Las cambié por las adecuadas, cuando ya era tarde.
Más de alguna vez, llegué a los campeonatos sin las horas de sueño debidas.
En ciertos aspectos, no escuché a buenos entrenadores que estuvieron conmigo, creyendo que yo sabía más y que ellos eran los equivocados.
Muy pocas veces entré a la cancha con un plan de juego claro. Mas bien improvisaba, según como se daba el partido.
Hoy, entiendo que tácticamente era un tenista desordenado.
Entrenaba muchas horas, sin comprender que eso no necesariamente era sinónimo de entrenar bien.
Cuando jugaba mal, reclamaba todo el partido.
Como se ve, la lista de mis errores es larga.
Al inicio de esta columna afirmé que no conocía la fórmula del éxito, pero me doy cuenta que también estaba equivocado en eso.
Porque al repasar mis errores concluyo que si hubiera actuado de manera opuesta a como lo hice, con toda seguridad mis resultados en los torneos hubieran sido muy distintos.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
