Se habla mucho sobre cómo ganar un partido, pero muy poco acerca de lo que lo antecede: el peloteo.
Se le atribuye poco valor, siendo que forma parte de la preparación del encuentro. Pareciera algo irrelevante, pues no hay puntos de por medio, por lo que los errores no se reflejan en una cuenta.
Pero es de vital importancia, ya que si se realiza de buena o mala manera, incide positiva o negativamente en el rendimiento del tenista durante el encuentro.
Para comenzar, en el peloteo la bola se parte usando una tomada conocida como Continental.
Este tipo de empuñadura, permite tener precisión y que la pelota gire muy poco, lo que resulta cómodo para quien devolverá esa bola.
En los clubes, veo con frecuencia que en el peloteo algunos jugadores parten la bola con tomada de derecho. Esto ocasiona que la pelota lleve una carga de top spin y sea incómoda para la otra persona, que puede fallar como consecuencia.
Un buen peloteo deja con ritmo al tenista y consta de otros dos componentes esenciales, siendo el primero la progresividad.
Se debe comenzar de manera suave e ir poco a poco aumentando la velocidad de la bola, conforme se la va sintiendo mejor y se eleva la temperatura corporal.
La regularidad es otro aspecto fundamental, a la hora del peloteo.
Como el tiempo para realizarlo siempre es breve, lo ideal es que sea lo más continuo posible, por lo que debe ser con profundidad y por el centro de la cancha, tanto desde el fondo, como en la volea. Resulta menos probable que los jugadores fallen pelotas que van a la mano, que a las esquinas de la pista, a lo que se suma que disminuye el riesgo de lesiones con el cuerpo frío.
Pero el peloteo no solo sirve para calentar.
Ese preámbulo también resulta útil para estudiar al rival, las condiciones de la cancha y las pelotas, junto a factores como la posición del sol y la dirección del viento. Por consiguiente, arroja valiosos datos sobre el adversario y el entorno, lo que puede constituir una pieza clave para el triunfo.
Saber pelotear forma parte de la suma de detalles invisibles que, al final, hacen la diferencia.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
