Cumplidos treinta años como profesor de tenis, y luego de conversar bastante con destacados colegas, he concluido que el tenis no es tan complicado después de todo.
No es física cuántica.
Te hablan de biomecánica y de geometría de la cancha, por ejemplo, términos que asustan, pero que se pueden entender con facilidad si son bien explicados.
Dominar la técnica y la táctica resulta complejo, pero con trabajo todo se aprende y la mayoría lo consigue.
Para mí, lo verdaderamente complejo se vincula a aprender a competir y transformarse en un buen competidor.
Estimo que la real complejidad del tenis, radica en aplicar la técnica y la táctica bajo presión, cuando vale el punto en un torneo.
Eso no lo consigue cualquiera, pues para lograrlo no basta con el trabajo, ni las ganas.
Se puede contar con el apoyo de un sicólogo, pero a mi modo de ver para convertirse en un buen competidor, se debe contar además con un carácter particular, con condiciones naturales, que no todos tenemos.
Para ser un buen competidor se requiere aplomo, tomar buenas decisiones, resiliencia, tolerancia a la frustración y tener un auto diálogo positivo, entre otras muchas virtudes de índole sicológica.
Si lo sicológico es tan importante, ¿por qué se trabaja tan poco?
Alguna vez leí que alguien afirmaba no entender por qué un tenista entrena la técnica, la táctica y lo físico todos los días, por varias horas, en tanto los aspectos mentales los aborda una hora, una vez a la semana, con suerte.
La cabeza manda, por lo que la mente debe estar ordenada y tranquila si se desea que el juego de un tenista fluya.
Si el deportista no tiene el control de sus pensamientos, eso se verá reflejado en sus actitudes, lo que incidirá en su rendimiento aunque tenga una gran técnica y entienda el juego como pocos.
No digo que lo mental deba trabajarse igual número de horas que lo técnico o lo físico, pero sí creo que se le tiene que asignar un mayor tiempo que el que se le destina de manera habitual.
Después de todo, en el tenis cada golpe y cada actitud son la expresión de un pensamiento y una emoción.
Y controlar los pensamientos y las emociones, para ser un buen competidor, resulta clave.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
