Me ha tocado ver en algunos torneos, que jugadores juveniles detienen sus partidos para ir al baño, o solicitando asistencia médica.
Quienes recurren a esas prácticas van perdiendo, en la casi totalidad de los casos.
Obviamente, sus rivales y sus respectivos entrenadores se molestan, lo que es normal, pues la pausa en el juego siempre perjudica a quien va ganando, ya que le corta su buen momento, por lo que puede desconcentrarse y caer en un bache, al recomenzar el match.
El que no le está encontrando la vuelta al partido, no pierde nada con la pausa. Como se halla en una situación incómoda, el jugador apuesta a que ésta mejore al reanudarse los puntos. Si eso no sucede, no existe ningún perjuicio, ya que todo sigue igual que al inicio del partido.
Como decía anteriormente, resulta lógico que se fastidien quienes debe esperar el retorno del baño o la atención médica de sus adversarios, en un momento del encuentro favorable para sí.
Lo que no es normal, es que ni los.entrenadores, ni los padres de los jugadores que paran los partidos cuando van perdiendo, mantengan absoluto silencio respecto a lo que ocurre en la cancha, dejando todo en manos de los árbitros.
Al parecer, consideran que no les cabe ninguna responsabilidad, en el comportamiento inadecuado de esos deportistas.
Es parte de la formación de esos jóvenes, hacerles ver que su conducta resulta impropia.
No se trata de ganar a cualquier precio.
Aunque algunos exitosos jugadores profesionales también llamen al trainer, o se dirijan al baño cuando van perdiendo.
Porque eso no sucede jamás, cuando la cuenta les favorece.
Para mí, algo bastante triste, porque un triunfo conseguido de esa manera no tiene valor.
Sería bueno que alguien se los explique.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
