Si te da risa que Christian Garín haya perdido con un juvenil, que ronda el lugar 650 del ranking ATP, y por eso encuentras que el jugador nacional es malo, es porque sabes poco de tenis.
Bastante poco.
Pero estás en tu derecho de reaccionar como quieras, ante esa derrota.
A mí, me preocupan otras cosas de Christian Garín.
Casi nunca veo a Garín feliz, contento, disfrutando en una cancha de tenis.
Más bien, lo veo sufrir.
O esa es mi impresión, al menos.
La verdad es que solo él sabe si es feliz jugando tenis, porque nadie más que él puede comprender lo que pasa en su cabeza y en su corazón.
Tal vez, ni él mismo lo sepa. Puede que nunca se haya preguntado si es feliz con lo que hace, si es feliz con su vida. Si eligió el tenis, o el tenis lo eligió a él. Si el tenis es un camino que simplemente siguió, pues era lo natural ya que se trata de un ámbito donde siempre conoció el éxito.
Mucha gente jamás se pregunta si es feliz, por miedo a conocer la respuesta.
A lo mejor Garín es muy feliz en el circuito, pero no lo demuestra, no sabe expresarlo.
Quizás, no le gusta el tenis, y ese es el problema.
Quien sabe.
Sí es feliz con el tenis lo celebro, bien por él, a seguir por esa senda.
Si no es feliz jugando, ojalá lo deje y se dedique a algo que de verdad lo apasione.
Porque estoy aprendiendo, un poco tarde, que a esta vida no se viene a sufrir.
En fin, que Garín haga lo que quiera.
Total, no le debe dar explicaciones a nadie.
Solo espero que se asegure, que lo que haga, lo haga realmente feliz.
Porque cuando eso ocurre, nunca quedan dudas.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
