“Se puede ser caballero, sin ser tenista. Pero no se puede ser tenista, sin ser caballero”.
Esa afirmación casi siempre resulta cierta.
Sin embargo, todos hemos vivido, al menos una vez, la experiencia de tener a un tramposo como rival.
Algunos de los integrantes de esta deshonrosa categoría, empiezan a evidenciar molestias físicas en cuanto el marcador les es adverso. Y el final es siempre el mismo: si no logran revertir el score, se retiran.
Otros buscan desconcentrar al oponente, cantando malas pelotas buenas; alterando la cuenta para provocar confusión; dilatando el inicio de los puntos; reclamando bolas que saben que cayeron fuera de la cancha; borrando piques, o mostrando otra marca cuando el contrincante duda, entre otras tantas artimañas.
Queda de manifiesto, entonces, que existen innumerables tretas para sacar de quicio y del partido al adversario, ardides que los deshonestos conocen a la perfección y con los que, en ocasiones, triunfan.
Pero vencer así, no es ganar de verdad. De esa forma, no sirve, no vale. El ser humano se degrada con ese mal proceder.
Estoy seguro que verse obligado a hacer trampa para triunfar, equivale a declararse públicamente un ser inferior. Constituye una auténtica confesión de baja autoestima. Lo sostengo pues, de contar con las capacidades para imponerse en buena lid, no existe la necesidad de un actuar deshonesto.
El tramposo intuye que, de seguir las normas será vencido, ya que a su juego le falta nivel. Por eso, siente temor y carece de confianza en sí mismo.
Un buen jugador de tenis, sabe que puede competir con cualquiera, sin transgredir el fair play, ni vulnerar el reglamento.
Una persona íntegra, con valores y principios sólidos, juega limpiamente, y acepta la derrota con dignidad, sin intentar ganar a cualquier precio.
Quienes juegan bien, no necesitan la trampa. Las buenas personas tampoco, porque la desprecian.
Además, no tiene sentido hacer trampa, pues solo se trata de un partido de tenis, por lo que no pasa nada si se pierde.
Aunque algunos todavía no lo entiendan.
Arturo Núñez del Prado / Profesor de Tenis / Periodista / arturondp@gmail.com
