Por segundo día consecutivo, la Copa Davis de Piqué tuvo en los horarios a su principal villano a la hora de considerar el evento. Tanto es así, que posiblemente ni el ambientazo vivido en el España – Croacia pueda eclipsar lo sucedido en el Estadio 2. La segunda pista en importancia vivió el enfrentamiento entre dos candidatas contra las cuerdas, Estados Unidos e Italia, con una eliminatoria que se alargó en el tiempo y que acabó a altísimas horas de la madrugada debido a una planificación colapsada en cuanto un encuentro se prolonga más de la cuenta.
El reloj marcaba una hora indecente, las 4:00 de la madrugada del jueves, cuando Jack Sock y Sam Querrey lograban levantar los brazos en su partido contra los italianos Simone Bolelli y Fabio Fognini. La lucha fue frenética tal y como demostró el 6-4, 6-7, 6-3 del luminoso, y todo para intentar pelear, de forma desesperada y casi utópica por un puesto entre los dos mejores segundos del torneo.
Un ejemplo de profesionalidad absoluto por parte de los cuatro tenistas implicados, así como también de los equipos estadounidense e italiano, que escriben un capítulo histórico en el tenis que no deja nada bien a la Copa Davis del After en su estreno, aunque desde la cuenta oficial del torneo se sacara pecho de lo sucedido en el Estadio 2 a altas horas de la noche.
Si bien es cierto que ambos equipos acabaron con su participación en la Caja Mágica tras el encuentro, resulta inadmisible pensar que un deportista de élite tuviera que acostarse alrededor de las 6:00 de la madrugada después de jugar su partido, atendiendo a las indicaciones de Rafael Nadal en la rueda de prensa posterior a su encuentro del martes, que también terminó casi de madrugada. El público regular ni siquiera entra en esta ocasión en la ecuación, pues estamos hablando de un día laborable y escasos aficionados de los países implicados sobrevivieron a unos horarios vampirizados que, ya indudablemente, deben ser modificados por la organización de cara a la próxima edición.
Galo Blanco, director deportivo del Grupo Kosmos que organiza desde este año las finales, se mostró abierto a buscar soluciones a los horarios, después de que el España-Rusia finalizara a las 01:50 horas del martes. “Los horarios en el tenis son difíciles de controlar. Es el primer año y hay cosas que habrá que solucionar en el futuro”.
Este es el segundo partido en la historia del tenis que termina tan tarde, solo detrás de aquel de encuentro que disputaron el australiano Lleyton Hewitt y el chipriota Marcos Bagdhatis el año 2008, que acabó a las 4:33 de la madrugada.
En la foto un hincha italiano que no aguantó las altas horas del término del partido.