Una de las tantas cosas especiales de este tremendo deporte es que jamás una semana será igual a la otra a lo largo de los casi nueve meses que uno está compitiendo. Cada semana una nueva cama, un nuevo club, nuevas condiciones de superficie, altura y pelotas, pero tambien nuevas expectativas, que refrescan las ganas por salir campeón. Y claro, un nuevo sorteo del cuadro, que cada semana te genera la incertidumbre de con quién vas a jugar.
Generalmente el sorteo del cuadro principal se hace el día sábado previo al comienzo de éste (lunes). Hace unos días, mi hermano Diego (13 años) fue unos de los responsables de sacar las fichas que designan la posición de cada jugador en el cuadro principal de Santiago y, como algunos ya saben, salió que jugaré en primera ronda, contra unos de mis mejores amigos, Gonzalo Lama. Diego va a estar en problemas cuando lo pille.
Por las características de los circuitos, cada semana vas jugando casi siempre con las mismas personas, pero no necesariamente con un amigo de esos partners de la vida. Seguro que muchos de ustedes compiten contra un amigo, o varios, durante el fin de semana. En la pichanga, el partido de tenis, paddle o en el descenso de MTB… Y sí, es muy entretenido. Pero jugar contra un amigo como Gonzalo un partido oficial, donde hay premios y puntos de por medio, y más que nada donde están tus sueños de por medio, es durísimo además de muy raro.
Con Gonzalo, llevamos entrenando juntos desde mediados de 2013. Nos conocemos muy bien el uno con el otro, tanto en nuestras fortalezas como en las debilidades y estilos de juego. Nos hemos enfrentado tres veces y bien por Gonzalo, ha ganado en cada uno de los tres enfrentamientos.
Esta vez para ambos va ser un día de duro trabajo y gran nerviosismo. Pero para Martín, nuestro entrenador, será casi como un día libre, ya que por lógica, no puede involucrarse a ayudar a ninguno de los dos. En la antesala de un partido, normalmente con el entrenador se habla bastante, se analiza y por último se está en silencio, pero juntos. Para luego entrar juntos al calentamiento y luego al partido, donde se sienta a verte y animarte sin quitarte la vista ni para mirar el whatsapp. Pero esta vez, cuando juguemos con Gonzalo (si es que la muñeca se lo permite), será distinto dado todo lo anterior. Martín tratará de estar lo más lejos posible. Seguramente haciendo un asado.
Por: Nicolás Jarry
Fuente: latercera.cl