La número uno de Chile había ganado el primer set a la brasileña Paula Gonçalves cuando se desató la tragedia en la Copa Las Condes. El papá de la tenista, que estaba en las tribunas, sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció en el camino a un centro asistencial.
Un niño de unos 12 años hace la fila pacientemente para comer una hamburguesa, en uno de los pasillos del court central del Parque Tenis El Alba.
Hace unos instantes, la tía del menor, la tenista profesional Daniela Valeska Seguel Carvajal, de 24 años recién cumplidos, había ganado el primer set de la final de la Copa Las Condes a la primera favorita del certamen, la brasileña Paula Gonçalves (183ª de la WTA).
Todo marchaba sobre rieles: la oriunda de San Joaquín se encaminaba a revalidar su corona de 2015, ante su gente, en casa.
De pronto, un hombre llama con desespero: “Hijo, venga rápido que algo le pasó al ‘tata’ allá al frente, venga rápido, acompáñeme”.
Niño y adulto, sobrino y hermano de Daniela, salen disparados hacia la tribuna oriente, donde estaba sentado, mirando y apoyando como siempre a su hija, Jorge Alejandro Seguel Yáñez, de 63 años.
Luego de una hora bajo el sol, el papá de la jugadora local se descompensó, sufrió convulsiones y se desmayó. Pero los que lo auxiliaron dijeron que aún tenía pulso débil y signos vitales.
Su mujer, Mercedes Carvajal, lloraba nerviosa, desconsolada, mientras la tenista miraba asustada la dramática escena que afectaba a su padre y mentor. Incluso su oponente, la brasileña Gonçalves, trataba de consolar a la madre de la número uno de Chile.
El drama se apoderó del Parque de Tenis El Alba. Durante unos 10 minutos y ante la ausencia de médicos, voluntarios con conocimiento de labores de reanimación trataron de salvar al progenitor de la “Pantera”.
El juez de silla, el chileno Cristián Winkelmayer, detuvo el encuentro, cuyo segundo parcial era favorable por 2-1 a la local, mientras los cerca de 400 asistentes presenciaban atónitos los infructuosos intentos por rescatar al afectado.
Un improvisado piquete de salvataje sacó con premura y sobre una camilla a Jorge Seguel.
No había una ambulancia en el club y la situación era tan apremiante, que Héctor, hermano de Daniela, tomó su camioneta y lo llevó a urgencias de la clínica San Carlos de Apoquindo.
El vehículo se fue echando polvo y tocando la bocina.
Winkelmayer les preguntó a las jugadoras si continuaba el partido, y ambas accedieron. La chilena enjugó sus lágrimas, hizo de tripas corazón, apeló a su profesionalismo y volvió a tomar la raqueta.
Tristeza total
Seguel batalló en la cancha y mantuvo la cuenta igualada en la segunda manga, hasta que la terrible noticia la azotó en la arcilla.
La jueza general de la competencia, la argentina Analia Vera, irrumpió en la pista y le informó que su padre, el mismo que había celebrado hace poquito el 6-4 con que su hija ganó la manga inicial, había fallecido.
Daniela caminó en shock y saludó a Gonçalves. Y se derrumbó en la silla de descanso. Estalló en llanto mientras la trataba de consolar la ex tenista y directora del certamen, Macarena Miranda. Volvió a pararse y, destrozada, partió junto a familiares a la clínica.
El público asistente, profundamente conmovido, despidió con aplausos y gritos de “fuerza Dani”, a la mejor raqueta nacional.
Luego, un silencio brutal.
“Disculpe, no quiero hablar nada, es un triste momento”, decía Gonçalves, la nueva campeona del torneo, arrumbada en su silla, con la mirada perdida. Impactada.
LA TENISTA CHILENA ALCANZÓ A COMPLETAR EL OCTAVO GAME DEL SEGUNDO SET, HASTA QUE LA JUEZA ARGENTINA ANALIA VERA IRRUMPIÓ EN LA ARCILLA Y LE INFORMÓ A LA “PANTERA” EL DECESO DE SU PROGENITOR.
FUENTE: El Mercurio